"La acción no debe ser una reacción sino una creación." - Mao Tse Tung-.
Segundo encuentro de esta Copa Federación de primera con resultado agridulce, ante un rival serio, potente y bien trabajado ante el que siempre se dan partidos complicados y con resultados ajustados.
Un partido extraño, en el que a los nuestros les costó encontrar su juego. Con una alineación formada por Carlos en la puerta, José Ángel y Alex Centeno en los laterales y Nacho Lavilla y Guille en la medular de la zaga. Un centro del campo con Juan Antonio, Luis Carlos y Pablo Díaz en el centro del campo y Nacho Márquez Adrian y Alfonso en el ataque. El partido empezó con dominio local con movimiento de balón menos ágil que otras veces pero con el control del ritmo del juego. Esta imagen era un espejismo y poco a poco el Santa Marta comenzó a imponer su juego más directo con un central que dominaba la salida de balón y un nueve muy fuerte que corría los balones largos. Al filo del minuto 20 llegaría el primer gol visitante en un contragolpe que en salida valiente de nuestro portero Carlos pararía en primera instancia pero que se vería superado en el rechace al no llegar le defensa, llegando el doloroso tanto que llevaba el nerviosísimo a los nuestros. El carrusel de cambios comienza con la reorganización de la defensa, la salida de Montes en el lateral derecho desplazaría a Guille al lateral izquierdo ya Centeno al centro. En el centro del campo la salida de Javi Díaz por Pablo adelantaría a Luis Carlos Con Adrian y N. Márquez buscando el gol del empate, también saltaría al campo Samu por Alfonso y Roberto por Carlos en la puerta. Aún afianzando la zaga el dominio del partido estaba en manos visitantes y así se llegó al descanso. A estas alturas del encuentro no puedo reseñar ninguna ocasión de gol o disparo de los nuestros. No sabemos que les pasaba a los nuestros, pero la apatía, la falta de intensidad, los experimentos ...La impotencia se veía a las claras en el resultado y en las caras de los jugadores y míster.
Un cachete a la actitud de los jugadores en los primeros 60 minutos y un aplauso a la reacción, ganas y garra de los últimos 20. Sin actitud y sin ganas no se le gana a nadie. Esperemos que les haya servido de aprendizaje para el difícil partido que nos espera este sábado ante el correoso AD. Rosales .
El segundo tiempo comenzaría con la misma dinámica que acabó el anterior y eso se reflejaría con la llegada del segundo tanto local también a la mitad de este tiempo. Con esta tesitura llegaron cambios tácticos que a su vez trajeron o mejor dicho despertaron un cambio de actitud en los nuestros. Una zaga de primer año con un sobrio Centeno acompañado de unos serios y efectivos Javi Díaz y Montes se hicieron cargo de las labores defensivas apoyados por un enorme Juan Antonio en el pivote defensivo. La reubicación de Luis Carlos a su sitio natural en el centro del campo hizo que le balón volviera a fluir, llevando la batuta en la medular. N. Márquez un tanto desdibujado en una banda y un serio Alfonso en la otra y con Samu de volante quitaban a Adrian trabajo defensivo y la subida de nuestro central titular Nacho Lavilla al centro del ataque metía presión a la zaga visitante, impidiendo la salida de balón. El equipo parecía otro por juego pero fundamentalmente por actitud. Los robos de balón en el campo contrario hacían que nuestra zaga se “relajase” y que Luis Carlos empezara a circular la pelota, aprovechando que Lavilla y Adrián tenían fijados a 4 defensas. Un aclarado del segundo dejaría a Nacho en la frontal del área que por potencia se metería y de disparo con rabia acortaría el marcador con el 2-1. Un remate de Alfonso, un uno contra uno de N. Márquez que era difícil no definir con su calidad, llevaría al eterno “huyyyy” en cada jugada. Combinaciones, paredes, circulación, cambios de orientación, garra, era otro equipo. La defensa sanmarteña solo podía achicar balones y despejar. Una jugada por banda derecha en pase al hueco lo aprovecharía Lavilla para desbordar la lateral y forzar la salida del portero que ante la presión no pudo atajar el balón , escapándosele de las manos, cosa que aprovecharía nuestro jugador para con rabia, fuerza y fé, meter la pierna y marcar el gol del empate. Poco tiempo ya pero aún tendríamos otra ocasión también a los pies de Lavilla, ya agotado por el esfuerzo, que fallaría en una ocasión aun más fácil que la anterior. Empate agridulce a la postre dadas las ocasiones falladas al final.
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